Antes de empezar quiero aclarar que los términos pueden incluir tanto preparados orales como de uso tópico, pero yo me voy a centrar en los segundos
¿Qué son?
Los prebióticos son “sustratos utilizados selectivamente por los microorganismos hospedadores que confieren un beneficio para la salud”. Los compuestos prebióticos suelen encontrarse en alimentos como vegetales, legumbres y cereales. Estos componentes tienen la función de nutrir selectivamente a bacterias beneficiosas residentes del hospedador.
En otras palabras, ayudan a preservar y recuperar las bacterias buenas propias de la flora cutánea y contribuyen a equilibrar, aumentar y reforzar las defensas de la barrera protectora de la dermis.
Por otro lado, los probióticos son mircoorganismos benéficos o bien microorganismos muertos o inactivados que tienen la misma función en la piel, aumentar y reforzar las defensas al competir con potenciales bacterias patógenas. El agregado de probióticos en los cosméticos no está regulado en todos los países, ya que en algunas legislaciones el límite permitido de microorganismos es muy bajo. Además sugiere un gran desafío que estos productos no se contaminen y que resistan a la acción de los conservantes normalmente utilizados.
Por último, los postbioticos son sustancias producidas por los microorganismos que se incluyen en los cosméticos como vitaminas, aminoácidos. Es decir, los componentes propios del metabolismo de estas bacterias.
Es la tendencia, de lo que todo el mundo habla y, si bien están de moda, ¿será por algo, no?
Cada vez se toma más conciencia que somos un todo, seres integrales que estamos en contacto y en estrecha relación con nuestro entorno. Convivimos con millones de microorganismos, la mayoría buenitos que nos ayudan a vivir mejor! ¿Lo sabías?
El microbioma de la piel es el eje central de las nuevas investigaciones; una microbiota fortalecida limita la capacidad de las bacterias patógenas para generar una infección; por lo tanto, son eficaces contra una amplia gama de enfermedades cutáneas inflamatorias como la dermatitis atópica o el acné.
En el caso de la dermatitis atópica o eccema es una enfermedad de la piel crónica e inflamatoria que comienza comúnmente en la infancia temprana y que puede prevalecer en la edad adulta. Existe una gran evidencia del papel de la alimentación en la prevención y tratamiento de la dermatitis atópica, por ejemplo, las intervenciones con suplementos de vitaminas y minerales, así como los probióticos y los ácidos grasos esenciales. Se hace evidente entonces, esa vinculación tan directa entre intestino-piel-cerebro. Ahora, en relación a los probióticos de uso tópico, ¿qué hacen por la piel?
En una piel sana habitan bacterias como Cutibacterium acnes (anteriormente Propionibacterium acnes), Staphylococcus epidermidis y Corynebacterium, además de otros organismos presentes en concentraciones más bajas. Un agregado de prebióticos fomentan el crecimiento de estas bacterias buenas y por consiguiente la piel se vuelve menos sensible, más fuerte y menos reactiva. En otras palabras, se evita la inflamación y con ello hace que se seque menos, esté más luminosa y se pueda regenerar mejor.
¿Te animás a probar cosméticos con prebióticos?